
No solo las distintas hermandades están tristes por la mala pasada que juega la climatología. Es mucha gente, tanto de Granada, como foránea, la que espera está semana con ilusión, con devoción religiosa, o con curiosidad. Y es que algo especial tiene cuando deja ensimismados a quienes los domingos visitan las iglesias, junto a quienes se distinguen por su ateismo, personas con sus mejores trajes junto a otras vestidas de lo más informal…

Quizás deberíamos realizar una profunda reflexión sobre el grado de autoridad que debe tener la Iglesia en un evento que aglutina como cofrades a miles de personas que no encuentran ninguna motivación en los aspectos religiosos de la Semana Santa. ¿Por qué no podemos asumir como un simple movimiento cultural aquel que aglutina a quienes participan de la cultura cofrade por mantener viva una tradición característica de nuestra tierra, por colaborar en la tarea de aumentar la proyección turística de nuestra ciudad, o simplemente porque en la hermandad encuentran un espacio para el encuentro con sus amistades?

En definitiva, que esta lluvia tan añorada ha llegado en un mal momento, porque nos impide ver hoy, Jueves Santo, las distintas hermandades que procesionan por el Albaycín, espanta a los y las turístas, y perjudica nuestra economía local. Pero esperemos que el pronóstico meteorológico se cumpla y mañana los claros en el cielo permitan volver a ver las calles rebosantes de gente disfrutando de esta expresión cultural que es la Semana Santa.
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