Y es que en contraposición a otros, nuestra organización comienza a rodar bajo los principios de planificación. El objetivo lo tenemos claro, recuperar la institución local para desarrollar políticas que vayan en beneficio de la ciudadanía. En cuanto a la forma de lograrlo existen quizás tantas fórmulas como voces preguntadas, pero algo tenemos claro, mientras Torres Hurtado sigue de Alcalde de Granada, cada día más ciudadanos y ciudadanas se sitúan en las antípodas de la política popular.Como lo definía Chema Rueda, Secretario General, tenemos en nuestras manos desarrollar una revolución cívica, poner en marcha un movimiento que lleve al PSOE a ser depositario de las esperanzas de la gente. Los problemas de infraestructuras, seguridad, tráfico, etc. son algo que poco a poco se extiende por nuestros barrios y la población precisa una respuesta, que el Ayuntamiento no ofrece, y si tendrá la contestación socialista.
Entre los elementos que distinguen a socialistas de populares no solo está la elaboración de un Plan de Trabajo, sino ese especial énfasis en estar en el día a día de los barrios que nos lleva a preveer la extensión de una red de sedes socialistas, la visita periódica de concejales a los distintos barrios, el acercamiento a colectivos y asociaciones vecinales, la búsqueda de unos intereses distantes a los que tiene el Partido Popular en nuestra ciudad.
Y todo estos intereses respondiendo a un planazo, el que tienen entre otros populares su Presidente provincial, Sebastián Pérez, y que últimamente no le permite descansar tranquilo. Como constatación de ello la imagen de nerviosismo que ofrecieron en el pleno municipal celebrado el pasado viernes cuando fueron informados de la admisión por parte de Baltasar Garzón del expediente sobre Down Town Consulting y su contratación por parte del Ayuntamiento de Granada. El juez de la Audiencia Nacional incluía esta documentación en la instrucción del caso Gürtel, algo que provocó una ira desmesurada en Sebastián Pérez. Fue el momento en el que recurrió a la acusación como mecanismo de defensa, algo efectivo cuando no lleva a la persona a caer en el ridículo. ¿O acaso cree alguien que no es ridículo acusar al Presidente de la Diputación de acaparar cargos, por ser Presidente –como miembro nato- de todos los organismos y patronatos dependientes de la propia Diputación? Y todo ello al hilo de unas acusaciones argumentadas sobre su falta de disponibilidad para responder a las obligaciones de sus distintos cargos políticos:
Presidente provincial del PP de Granada, Senador en las Cortes Generales, Teniente de Alcalde del Ayuntamiento de Granada, Concejal de Presidencia y Relaciones Institucionales, Consejero Delegado de la Empresa de Aguas de Granada -Emasagra-, y Consejero Delegado de Unicaja.Una completa relación de puestos de los que no sabremos si existe una compatibilidad que permita al popular de disponer de tiempo para responder con eficiencia a cada uno de ellos, pero si que nos permiten constatar el planazo que supone para Sebastián Pérez cobrar a final de mes las retribuciones que conllevan cada uno. Estas son las obligaciones de quién pide que sus homónimos en otros partidos lideren la candidatura al Ayuntamiento de la capital, como justificación para que los suyos le permitan también presentarse.



La campaña que se encuadra en la celebración de la Jornada por la Vida que tendrá lugar el próximo 25 de marzo no escatima en medios. En tiempos en los que para la mayoría de la población hacer frente a la crisis económica se convierte en una prioridad, la Conferencia Episcopal ha anunciado la contratación de 1.300 vallas publicitarias en 37 ciudades, y la edición de 30.000 carteles y 8 millones de dípticos. Una auténtica acción propagandística contra un proyecto, el de la nueva Ley del Aborto, que hace olvidar a la Iglesia que tipo de Estado es España.
No podemos supeditar nuestras normas a aquello que dicte la jerarquía eclesiástica, ninguna jerarquía, condicionando de este modo la libertad del resto de la ciudadanía. Es más, creo que el principio sobre el que deben legislar nuestras Cortes es el de ampliar los derechos y libertades de la ciudadanía, teniendo como límite el respeto a la libertad del otro. Pero quizás eso sea algo ajeno a una organización donde la mujer siempre ha ocupado puestos residuales en la pirámide de poder.
Me alegra que en la actualidad las cosas vayan cambiando y la igualdad comience a ser una realidad en algunos aspectos. Entre otros en la libertad de cada persona para decidir sobre su persona, y en el caso que nos ocupa, en la libertad de la mujer a decidir sobre su cuerpo. Es un tema sobre el que surgen muchas dudas, en especial cuando comenzamos a abordar los aspectos más técnicos, pero para ello, me permito haceros una recomendación:
















