Hoy es un día en el que me veo obligado a reconocer el esfuerzo de miles de discapacitados para afrontar su duro día a día en una sociedad que les sigue poniendo barreras. Aún mayor reconocimiento es el que me gustaría hacer a quienes suman un reto mayor, el de la práctica deportiva desde sus propias limitaciones. Son esas personas con discapacidad las que para mi tienen el verdadero oro olímpico. Y por ello quiero hacer un hueco entre la política que muchas veces inunda este blog para, en un día como hoy, dedicar esta entrada a las 133 personas que con discapacidades visuales, físicas, o con parálisis cerebrales representarán a España.
Cuando hoy se inauguran los XIII Juegos Paralímpicos, millones de personas piensan en el partido de liga, en las cervezas con los amigos, o en la película que ver. Desde hoy y hasta el próximo 17 de septiembre participarán en esta cita deportiva más de 4.000 deportistas provenientes de 145 países que se repartirán entre las 20 disciplinas deportivas. Pero nada de ello transcenderá como lo hicieron los Juegos Olímpicos. De las más de 5.000 horas de cobertura informativa pasamos a las 100, y de la gran expectación por lo que hiciera la roja al anonimato de nuestras estrellas. Y escribo estrellas porque lo son, lo que querríamos lograr con la selección de fútbol, el medallero que no alcanzamos en las olimpiadas, o los torneos que nunca conseguimos ganar, son nuestra frustración. Pero sin embargo, nuestros deportistas paralímpicos son auténticas figuras de sus deportes a nivel internacional como demuestra el medallero, donde nos situamos como séptima potencia con 68 medallas en los anteriores juegos de Atenas 2004.
Una de esas muestras de esta falta de apoyo a quienes llevan la bandera de España a los más altos podios la encontré en los blogs de mis amigos Raul Pleguezuelo y Carmen Sánchez Carazo, Madrid Progresista y Derribando Barreras respectivamente, donde denunciaba la falta de consideración de los responsables políticos del Partido Popular en Madrid, quienes organizaron el acto de despedida -con foto incluida- con la delegación olímpica, pero que sin embargo no asistieron a la despedida de nuestros paralímpicos.
Personalmente, solo quiero que estas líneas sirvan de reconocimiento a esas personas que plasman en su día a día el verdadero espíritu olímpico, el de la superación de uno mismo, el de plantarle cara a cualquier adversidad. Con ellos más que nunca cobra valor el lema olímpico, Citius, Altius, Fortius –más rápido, más alto, más fuerte-, por ello les doy todo mi ánimo para que en los próximos días hagan realidad sus sueños de Olimpo.
Cuando hoy se inauguran los XIII Juegos Paralímpicos, millones de personas piensan en el partido de liga, en las cervezas con los amigos, o en la película que ver. Desde hoy y hasta el próximo 17 de septiembre participarán en esta cita deportiva más de 4.000 deportistas provenientes de 145 países que se repartirán entre las 20 disciplinas deportivas. Pero nada de ello transcenderá como lo hicieron los Juegos Olímpicos. De las más de 5.000 horas de cobertura informativa pasamos a las 100, y de la gran expectación por lo que hiciera la roja al anonimato de nuestras estrellas. Y escribo estrellas porque lo son, lo que querríamos lograr con la selección de fútbol, el medallero que no alcanzamos en las olimpiadas, o los torneos que nunca conseguimos ganar, son nuestra frustración. Pero sin embargo, nuestros deportistas paralímpicos son auténticas figuras de sus deportes a nivel internacional como demuestra el medallero, donde nos situamos como séptima potencia con 68 medallas en los anteriores juegos de Atenas 2004.
Una de esas muestras de esta falta de apoyo a quienes llevan la bandera de España a los más altos podios la encontré en los blogs de mis amigos Raul Pleguezuelo y Carmen Sánchez Carazo, Madrid Progresista y Derribando Barreras respectivamente, donde denunciaba la falta de consideración de los responsables políticos del Partido Popular en Madrid, quienes organizaron el acto de despedida -con foto incluida- con la delegación olímpica, pero que sin embargo no asistieron a la despedida de nuestros paralímpicos.
Personalmente, solo quiero que estas líneas sirvan de reconocimiento a esas personas que plasman en su día a día el verdadero espíritu olímpico, el de la superación de uno mismo, el de plantarle cara a cualquier adversidad. Con ellos más que nunca cobra valor el lema olímpico, Citius, Altius, Fortius –más rápido, más alto, más fuerte-, por ello les doy todo mi ánimo para que en los próximos días hagan realidad sus sueños de Olimpo.
2 comentarios:
Estoy contigo
Y sin embargo, desde la administracion se les valora menos al recibir de premio en metalico por cada medalla alrededor de 1/5 parte de lo que percibe un deportista no descapacitado. Todo un ejemplo este, si señor
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