viernes, 24 de agosto de 2007

Lujo decadente


Marbella, esa ciudad que nos trae recuerdos de glamour, de calles por las que pasean celebridades, de esplendorosos barcos, de coches exclusivos, de fastuosas fiestas, joyas y vestidos de diseño… Todo eso parece llegar a su fin. Aquella explosión de riqueza ha sido explotada sobremanera, y el resultado lo pude comprobar hace unos días.

En este periplo que me lleva a lo largo de los últimos días por distintos puntos de la Costa del Sol he podido visitar Marbella. En la memoria tenía las imágenes de hace años, cuando Puerto Banus se convertía en el más selecto club de las élites económicas, y de artistas de renombre. Era la época en la que la mayoría admiraban la gestión de Gil, las calles limpias de suciedad y de escoria, las playas con duchas de diseño, el mármol aceraba paseos y avenidas, y las nuevas construcciones atraían las divisas del extranjero. Todo ello venía a la llamada de la exclusividad y del lujo.

Pero las cosas han cambiado sobremanera. Pasear por las calles de Marbella se ha convertido en un amonestación a las conciencias de quienes miramos a las caras de la gente, la nueva clase rica que se ve obligada por la sociedad a vivir en la apariencia junto con inmigrantes que trabajan sirviendo a quienes más tienen. Los coches de lujo son rarezas que en el pasado circulaban por sus avenidas y que ahora se ven suplantados por vehículos de clase media. Las exclusivas tiendas y exquisitos restaurantes se han visto arrinconados por los comercios y centros comerciales, y los bares de tapeo.

Marbella pasó de ser un pequeño pueblo de pescadores a ser un exclusivo lugar adonde venían las élites europeas y árabes. Pero éste lujo ha atraído también a miles de personas que sueñan con ser célebres veraneantes, mientras no dejan de ser personas de lo más normal, quienes han llevado esta normalidad a las calles de Marbella. El lujo de la Costa del Sol se pierde, y cada vez más se convierte esta ciudad en una más de la costa española. Con sus sombrillas y neveras, con sus jóvenes de botellón, con su venta ambulante por el paseo, con ese turismo que busca sol y playa, pero diciendo, yo estuve en Marbella.

1 comentario:

Anónimo dijo...

http://marbella-te.blogspot.com/

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