miércoles, 15 de agosto de 2007

¿Parálisis vacacional? (III)


Me gustaría seguir con esta serie de análisis sobre el periodo estival, que he dado en llamar ¿Parálisis vacacional? En esta ocasión para prestar un poco de atención a quienes aún encontrándose de vacaciones, no puede disfrutar de ellas como les gustaría, en la mayoría de los casos por cuestiones económicas.

Un primer sector que destacaría es el de la juventud. De hecho, ha sido una joven amiga, que ve el verano desde un puesto de trabajo temporal quien me ha sugerido el tema para esta entrada. Y es que son miles quienes aprovechan el verano para trabajar, sacarse un dinero con el que poder realizar alguna costosa adquisición, o pagarse los estudios durante el resto del año. Aunque esto también tiene una cruz, la de la explotación a la que se someten. ¿Quien no conoce a alguien joven en esta situación? Que ven pasar su verano trabajando en la ciudad, en un puesto de trabajo donde no le quieren, y en el que le tratan como un trapo.

El segundo colectivo que se ve presionado hasta llegar a impedirles disfrutar de vacaciones es el formado por mileuristas. En este integramos a quienes se ven obligados a dedicar la mayor parte de sus ingresos a pagar la hipoteca, ésa que tiene unas cifras desorbitadas respecto a lo que realmente se ofrece como vivienda. A quienes perciben un sueldo muy inferior al de mil euros, por lo que no pueden permitirse unas deseadas vacaciones en la costa. Gente que durante todo el año trabajan como cualquiera, pero que no pueden ver la misma recompensa que el resto.

Otro de los amplios sectores que ven sus vacaciones convertirse en una alucinación es el de estudiantes. Son quienes se ven obligados a dedicar el verano a estudiar. Quienes se quedan sin viajar y sin ir a la playa porque deben estar concentrados frente a los libros. Son los que día tras día peregrinan a bibliotecas y facultades, llegando de este modo al lejano mes de septiembre.

Todas estas personas trabajan o estudian durante todo el año con la esperanza de tener unas merecidas vacaciones, pero al llegar el verano se convierten en víctimas de este sistema. De un sistema donde no cualquiera puede disfrutar del derecho al descanso, y quien se lo puede permitir es a un alto precio, porque del precio de las vacaciones también podríamos hablar largo y tendido, pero eso mejor lo dejamos para otra ocasión.

3 comentarios:

Jessica I.C dijo...

PD: Gracias a los creadores de las imágenes que han dado lugar a esta pequeña síntesis en una sola.

Otra cosa ... es penoso que muchos de nosotros nos encontremos en esas situaciones, el tener que estudiar durante el verano porque se te alarga el curso a septiembre, por no poder dedicarte únicamente a estudiar.

No puedes porque tienes que trabajar para poder pagar la matricula, el alquiler, la comida, la ropa, el ocio (del que tienes bien poco) y todo para después terminar en la lista del paro.

Porque eso es lo que te da a día de hoy la Universidad, un carnet de paro!

Y si no te quieres conformar, déjate la piel en conseguir aunque sea una mísera beca de investigación o de colaboración, o date con un canto en los dientes si consigues preparar una oposición que nada tiene que ver con tu especialidad y terminas poniendo sellos o cogiendo el teléfono para cualquier administrativo toca ovarios ... o .... bueno ... que no es cuestión de hacer un discurso socio-político en estas fechas, que aunque nos tengamos que resignar estamos de vacaciones.

Nos vemos en septiembre haciendo política de pasillo ;)

Anónimo dijo...

Y también están aquellos que se lo pueden permitir pero que no pueden desatender el trabajo como, por ejemplo, los autónomos. O muchos otros (normalmente muchas otras) que se van de vacaciones pero que tienen que seguir trabajando con la cocina, los niños, etc. y etc.

Cuídate.

Anónimo dijo...

Un saludo amigo, al fin te encontré. Te visitaré a diario.

Blogosfera Progresista