lunes, 13 de agosto de 2007

¿Parálisis vacacional?

Con la llegada del esperado verano son millones de personas, españolas y extranjeras quienes disfrutan de vacaciones. Yo, como uno más, aprovecho para visitar lugares, para ver a gente que hacia tiempo no veía, para ir a la playa, salir de los horarios establecidos… Los medios de comunicación dan una imagen desoladora de las grandes ciudades, las operaciones de tráfico son auténticos éxodos y la percepción de la mayoría es de parálisis vacacional.

Pero miremos por un momento más allá. Dejemos de ser el centro y observemos al resto de las personas. A quienes vigilan y nos auxilian en carretera, a quienes trabajan en los establecimientos hoteleros que ven como se dispara la ocupación, en las estaciones de autobuses y trenes que tienen más transito que nunca, a miles de camareros y camareras que no paran de trabajar ni un momento en chiringuitos, restaurantes, heladerías, etc...

Quiero con esta reflexión mostrar la poca sensibilidad de quienes pueden disfrutar del periodo vacacional, frente a quienes sufren en estas fechas una mayor carga de trabajo. Son veraneantes que se observan a si mismos y se ven reflejados en cada noticia y en cada reportaje. Se olvidan del resto de ciudadanía que no se puede permitir las deseadas vacaciones, y no solo con eso se permiten la insistente impertinencia.

Pues desde aquí quiero romper una lanza en defensa de toda la gente que trabaja en estas fechas. Para ello hago un ruego a veraneantes, que se encuentran de vacaciones, y les recuerdo que deben dejar las tensiones de lado y relajarse. Si tardan un poco en ponernos la cerveza quizás sea porque el camarero o la camarera se vean extenuados por las decenas de personas que se la piden a la vez, y si no quedan plazas en el autobús quizás sea porque queremos irnos todos a la vez. Y en muchas ocasiones sin reflexionar la emprendemos a voces y enfados con quienes únicamente se limitan a realizar su trabajo, en sesiones maratonianas y a temperaturas insoportables. Tengamos un poco de consideración con quienes se quedan sin vacaciones para satisfacernos las nuestras. Como se dice por ahí, “un poquito de por favor”.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me encantó tu post Javier. Ojalá todo el mundo pensara como tú.

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