Llevo todo el día con la sensación de vivir un déjà vu. De volver a vivir los calurosos días de comienzo de verano que a la vez marcan el periodo de exámenes. Tras pasar horas inmerso en el estudio, ansío la llegada del ocaso con su moderación en los termómetros, y durante el día compruebo como la mente se traslada a la playa en cada momento de distracción.
El verano da sus primeros pasos, y tras una primavera de temperaturas agradables, la época estival se presenta con la severidad a la que los últimos años nos acostumbran. Pero no será el rigor de este clima el que nos deje durante estos días sin el ambiente para disfrutar del mejor fútbol plasmado en la Eurocopa. Como siempre los medios de comunicación han cumplido su misión durante las últimas semanas de crear expectativas en torno a la selección española. La roja, como en los últimos tiempos denominamos a nuestro equipo, tiene un papel protagonista en nuestros informativos y multitud de programas que desarrollan cualquier aspecto relacionado con la Eurocopa. Esto tiene su traslación en la ciudadanía con una expectación que desborda las cifras de audiencia de las retransmisiones en cada encuentro.
En este agregado tenemos campañas de difusión publicitaria de medios y empresas –sirvan como ejemplos, el despliegue de Zona Cuatro en Madrid, o el apoyo aparentemente ilógico de la Sexta a Portugal-, de promoción de la conciencia colectiva de la nación –por ejemplo, a través del recuerdo a incidentes del pasado como en el caso de Luís Enrique-, o de intercambio de culturas a través de los miles de españoles y españolas que durante estas semanas visitan Austria y Suiza, tiñendo de rojo sus ciudades, derrochando simpatía y convirtiéndose en nuestra mejor embajada.
Y todo esto puede que hoy llegue al final –aunque personalmente espero lo contrario-. La llamada maldición de cuartos nos lleva hoy a enfrentarnos a Italia, un equipo hacia el que la afición de la roja siente animadversión, alentada durante los últimos días por el deseo de vendetta expresado por periodistas y afición. La frase que tantas veces hemos escuchado nos hace temer lo peor. Jugamos como nunca y perdimos como siempre, se ha convertido en el epitafio de nuestra participación en los torneos internacionales.
Desde estas líneas, y a un rato del comienzo del encuentro, solo espero que en esta ocasión la afición española podamos ver a nuestros jugadores en semifinales –y por qué no, también en la final-. Y que el resultado sirva para que, pese a la petición de venganza que de modo irresponsable se haya lanzado, las aficiones italiana y española den un ejemplo de convivencia cívica y de espíritu deportivo.
El verano da sus primeros pasos, y tras una primavera de temperaturas agradables, la época estival se presenta con la severidad a la que los últimos años nos acostumbran. Pero no será el rigor de este clima el que nos deje durante estos días sin el ambiente para disfrutar del mejor fútbol plasmado en la Eurocopa. Como siempre los medios de comunicación han cumplido su misión durante las últimas semanas de crear expectativas en torno a la selección española. La roja, como en los últimos tiempos denominamos a nuestro equipo, tiene un papel protagonista en nuestros informativos y multitud de programas que desarrollan cualquier aspecto relacionado con la Eurocopa. Esto tiene su traslación en la ciudadanía con una expectación que desborda las cifras de audiencia de las retransmisiones en cada encuentro.
En este agregado tenemos campañas de difusión publicitaria de medios y empresas –sirvan como ejemplos, el despliegue de Zona Cuatro en Madrid, o el apoyo aparentemente ilógico de la Sexta a Portugal-, de promoción de la conciencia colectiva de la nación –por ejemplo, a través del recuerdo a incidentes del pasado como en el caso de Luís Enrique-, o de intercambio de culturas a través de los miles de españoles y españolas que durante estas semanas visitan Austria y Suiza, tiñendo de rojo sus ciudades, derrochando simpatía y convirtiéndose en nuestra mejor embajada.
Y todo esto puede que hoy llegue al final –aunque personalmente espero lo contrario-. La llamada maldición de cuartos nos lleva hoy a enfrentarnos a Italia, un equipo hacia el que la afición de la roja siente animadversión, alentada durante los últimos días por el deseo de vendetta expresado por periodistas y afición. La frase que tantas veces hemos escuchado nos hace temer lo peor. Jugamos como nunca y perdimos como siempre, se ha convertido en el epitafio de nuestra participación en los torneos internacionales.
Desde estas líneas, y a un rato del comienzo del encuentro, solo espero que en esta ocasión la afición española podamos ver a nuestros jugadores en semifinales –y por qué no, también en la final-. Y que el resultado sirva para que, pese a la petición de venganza que de modo irresponsable se haya lanzado, las aficiones italiana y española den un ejemplo de convivencia cívica y de espíritu deportivo.
2 comentarios:
Pues sí. Se consiguió todo ello. Pero no olvides que aún están las Olimpiadas por venir, con la Eñemanía calentando motores...
Buen coctel el que tienes preparado, aparte de las olimpiadas para que disfrutes del verano te recomiendo los torneos de futbol para que quite el mono de la eurocopa, si te pasas por barcelona durante el del 30 de Junio al 16 de Julio se celebra
un torneo de furbol 7 parocinado F7Barcelona y Fiestabet. Esta bastante bien montado y quiere llegar a ser un referente del futbol veraniedo en barcelona, te dejo la web por si conoces a alguien que anime.
F7BARCELONACUP
Un saludo y feliz verano
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