lunes, 19 de noviembre de 2007

Sentimientos españolistas

Muchos temas han pasado por las portadas de nuestros periódicos en los últimos días y con un denominador común que me llama la atención, el enfrentamiento surgido en los últimos tiempos entorno al sentimiento españolista.

Carlos Javier Palomino, con 16 años, se convirtió en una víctima de este enfrentamiento al fallecer víctima del ataque de miembros de la extremaderecha el pasado 11 de noviembre en la estación de metro de Legazpi. El joven junto con más antifascistas se dirigía a una contra-manifestación en protesta por la organizada por Democracia Nacional. Desde la ultraderechista organización se había convocado, con los oportunos permisos, una marcha con tintes racistas y xenófobos en defensa de España y en contra de la inmigración, y ésta iba a encontrar la respuesta de los movimientos antifascistas. Aunque personalmente me sienta indignado por esta muerte y pueda compartir algunos de los valores que llevaban a este joven hacia la contra-manifestación, si que no considero oportuno aclamarlo como mártir de una causa sin sentido que tan solo alimenta una espiral de enfrentamientos entre grupos extremos que pretende terminar en más luchas. No creo que los valores de la izquierda deban pasar por la intolerancia hacia la derecha, sino por la convivencia y el diálogo entre ideologías.

Pero no ha sido este el único episodio donde el españolismo puede fijarse como causa. La pasada Cumbre Iberoamericana tuvo un enfrentamiento entre la delegación española, encabezada por Juan Carlos I y José Luís Rodríguez Zapatero, y el Presidente venezolano, Hugo Chavez, que se ha convertido en portada de todos los medios internacionales. El incidente quizás hubiera pasado sin más en la escena política española sino fuera por las críticas realizadas desde el Partido Popular a la actitud de Zapatero y los elogios al monarca, pese a que ambos tuvieron una misma posición de defensa del interés nacional en la Cumbre. La cúpula popular está segura de que hubiera dirigido la situación mejor que nadie, porque, nadie mejor que el Partido Popular para hacer patria.

Dicta el refrán, de aquellas aguas vienen estos lodos. Y podría seguir escribiendo sobre la Ley de Memoria Histórica que a algunos sectores de nuestra sociedad tanto les irrita, o sobre las reformas estatutarias que consolidan el Estado de las autonomías, pero valga lo anterior para no extenderme. Llevamos cuatro largos años de patriotismo exasperado de la derecha española, alimentado por cada argumento del Partido Popular, representado en la marea roja y gualda, y escenificado en la multitud de manifestaciones y actos populares que tan solo tenían como intención sacar el ego patriótico de sus votantes. Hemos asistido a la exaltación del españolismo sin haber realizado antes una reflexión entorno a las consecuencias que eso conllevaba. Y el resultado no son más banderitas en nuestras muñecas, sino más prejuicios hacia la inmigración, malas miradas a quienes visten o tienen un color de piel diferente, como si eso significara no ser de aquí. También vemos una polarización de las posiciones políticas, porque la derecha tiene claro que es más españolista que la izquierda, aunque no lo demuestre. Aparece también un sentimiento de recelo hacia quienes no comparten instituciones mayoritarias, como la religión católica, la heterosexualidad, los modelos tradicionales de familia, etc.

Y ante estas noticias tan solo encontramos análisis superficiales que entran en el mayor o menor españolismo de sus actores. Tal vez deberíamos de cuestionarnos si el incidente que acabó con la vida de Carlos no es el resultado de un cúmulo de fallos o influencias en el proceso de socialización, en el sistema educativo, en el ámbito familiar, en los medios de comunicación, etc. O si el enfrentamiento de la Cumbre Iberoamericana no es tan solo una cortina de humo que pretende ocultar la campaña por el referéndum de la nueva Constitución venezolana, esa que pretende aprobar Chavez para perpetuarse en el poder indefinidamente.

En fin que nos encontramos en plena precampaña y es momento de comprobar los resultados de cuatro años de gobierno de Zapatero en España, pero también es momento de valorar cuales son los resultados que nos deja la oposición ejercida por el Partido Popular. A mi la verdad, como español, la política socialista me hace sentirme orgulloso de ser ciudadano de un país que destina más que nadie a cooperación internacional, donde la igualdad entre hombres y mujeres es una realidad que avanza día a día, donde los recursos económicos no son un obstáculo para acceder a una educación en igualdad frente al que más tiene, donde crece el empleo por encima de la media de los países europeos, donde el medio ambiente encuentra respuestas que piensan en el futuro, en el que la economía nos sitúa como octava potencia mundial, etc.

Yo soy de esta España, de la que va Con Z de Zapatero.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Bienvenido de nuevo. Han sido días broncos, duros y peleones. Debes buscarte un portátil y una buena conexión para ir contando el día a día de esas actividades. Un abrazo.

Patón.

Anónimo dijo...

Bien dicho. No sé por qué los de izquierdas tomamos como un orgullo que nos llamen "rojos" y en cambio no hay nadie que admita ser de derechas (todos son apolíticos).

Oye, que no te pierdas tanto tiempo: he abierto tu blog mil veces.

Rigoletto (mucha Z)

Javier Callejón dijo...

Intentaré que mis ausencias apenas se noten, ok? Y, Patón, no es cuestión de portátil o conexión, sino de tiempo, aunque sea difícil de creer. Cuando escribo me tomo mi tiempo en leer sobre el tema, buscar imágenes, y redactarlo lo mejor que puedo, y últimamente he estado bastante atareado.

Abrazos a mis mas fieles lectores y disculpas por el abandono. Javier Callejón

Anónimo dijo...

Siempre estamos pendientes de nuestros compañeros/amigos de los blogues varios.

Estimado Javier, no sólo necesitamos gente joven para remover e impulsar la sociedad, somos muchos los "trabajadores de toda clase" quienes necesitamos ideas nuevas.

No quiero entrar en la política de antaño (época de Felipe, Suárez, etc. ; en 1982 con 17 años llevaba la histórica pegatina de "Por el cambio"; las peleas eran muy variadas, pero mis amigos se encontraban en todos los ámbitos políticos -desde FN hata la CNT- ¡ hoy , eso es imposible !)

Creo (es mi opinión) que el primer presidente verdaderamente de izquierdas en la nueva España democrática, ha sido, sin lugar a dudas Zapatero. Pero, también es verdad, que nunca hemos encontrado una oposición tan falsa, beligerante y dañina como la de ahora.

Ellos -hagan lo que hagan- cuentan con una clientela fija; la izquierda tiene que sacar todas las armas políticas (y pacíficas) para ilusionar al 55 % de los españoles que se consideran próximos a la izquierda.

Si quieres ideas, reflexiones, inquietudes o ... críticas.

¡ Aquí tienes un compañero y amigo !

Salud y República.
Alfa79 . Mucha Z (.. a todos !)

Anónimo dijo...

Ya nos tienes por aquí a los de siempre. Un slaudo, amigo.

Anónimo dijo...

Español, con Z, pero español. Y no necesito banderitas en la muñeca ni banderazas en la calle para serlo. Necesito saber que quienes menos tienen, tendrán más, quienes más necesitan, más tendrán. Yo soy de la España del 0,5% de cooperación al desarrollo, de la de la Ley de Dependencia y de la de Igualdad. Y ¡qué leche! ¡¡¡¡Viva eZpaña!!!!

Un saludo.

Blogosfera Progresista