Mis deseos para Nochebuena

Llegó la Nochebuena, una fecha marcada en nuestro calendario. Son muchas las amistades que me habéis enviado mensajes al móvil y correos electrónicos para felicitar estas entrañables fiestas. Desde aquí quiero agradeceros a todos y todas esas muestras de cariño. Pero en una noche como esta, cargada de buenos deseos, quiero expresaros unos sentimientos. Quizás sean distantes a la mayoría de las personas, pero si de verdad queremos compartir un espíritu navideño, a mi entender no podemos olvidarnos de algunas personas.

Me gustaría que estas líneas sirvieran para que esta noche nadie se olvidara de algunas personas. Hay quienes la falta de salud las obligan a cenar en las habitaciones de los hospitales con la única compañía del resto de personas ingresadas. Porque hay quienes no tendrán regalo porque la economía familiar no se lo puede permitir. También quiero recordar a nuestras personas mayores que se ven solas y que pasarán esta noche tan especial sin ninguna compañía, como si de un día cualquiera se tratara. Y tan cercanas, me quiero acordar de quienes al igual que todas las demás noches dormirán en un banco o en algún escalón, son aquellas personas que no tienen techo, transeúntes o mendigos que hoy no notarán nada especial. Y finalmente quiero recordar a todas esas personas que cenarán hambre al igual que el resto de los días.

Mientras esta Nochebuena en muchas casas disfrutaremos de compañía, de deliciosos manjares y de momentos felices, habrá quien no los tenga. Quizás sea muy tarde para poner remedio a esas historias tan tristes, pero seguro que algo podemos hacer. Por ello os pido que el resto de los días trabajemos, hagamos lo que esté en nuestras manos para darle a esas personas comida, compañía, salud, calor, todo aquello que en esta noche no pueden tener.

Finalmente junto con mis mejores deseos os envío el enlace a un relato de mi amigo Rigoletto que me gustaría compartir. Se trata de un Cuento (triste) de Navidad.