Tras haber pretendido situar al lector en el 37º Congreso Federal del PSOE de un modo descriptivo a través de las cifras, del ambiente, o de los espacios, me gustaría mostrar el lado más humano. Porque una reunión como esta nos da la oportunidad a cientos de militantes socialistas de estar en contacto, de volver a vernos las caras tras meses de distancia, o de conocer en persona a quienes conocimos a través de la red.
En primer lugar me gustaría referirme a la militancia de Juventudes Socialistas, esa organización hermana del PSOE, que se ha volcado para que este congreso salga magníficamente bien. Son más de cien jóvenes los que están colaborando con la organización realizando tareas de acreditación, acompañando a los invitados venidos de otros países, controlando los accesos, prestando apoyo a las mesas del congreso y de las comisiones, trasladando la información de lo que sucede a través de la red, o apoyando a los servicios administrativos de la organización. Son jóvenes a quienes esta labor les satisface de manera especial porque no solo les permite implicarse en el máximo órgano del Partido Socialista, sino que además les hace sentirse más participes si cabe del proyecto socialista.
Personalmente, tras años de militancia en la organización política me satisface especialmente poder contemplar los rostros de alegría en unos casos o de expectación en otros, cuando estás personas tienen la oportunidad de romper esa frontera que supone la pantalla de televisión y estar cerca de quienes consideran sus líderes políticos, y fotografiarse con quienes llevan a las instituciones los grandes proyectos del socialismo español. Pero no son inocentes miembros de Juventudes Socialistas que idolatren a los máximos responsables –como ocurre en otros partidos políticos- del socialismo, sino que mantienen la actitud crítica ante aquello que consideran injusto, irresponsable o insano para nuestra organización, por ello es frecuente encontrar precisamente a estos jóvenes preguntar por los pasillos a las personalidades. En unos casos cuestiones sobre el sentido de las enmiendas, en otros respecto a medidas llevadas a cabo desde aquellas instituciones en las que gobernamos, o también para trasladar propuestas e inquietudes que seguro tendrán eco en la acción de nuestra clase política. A la vez que estos jóvenes hablan vemos en las facciones de quienes los escuchan la sorpresa por el nivel de formación, o el asentimiento por la coherencia y responsabilidad que están demostrando muchas de las personas que los interpelan.
Y por supuesto en ese lado humano también tenemos a la militancia de base del PSOE. Las delegaciones conforman un conglomerado de 995 personas, venidas desde todas las provincias españolas, que representan a sus compañeros y compañeras de miles de agrupaciones. Y no es una representación vacía de contenido, sino que está instada a defender la posición que nuestros afiliados y afiliadas han volcado en más de 5.600 enmiendas. El sentido de estás ha supuesto un contraste entre quienes tienen responsabilidades institucionales, y por tanto ofrecen un discurso más moderado llevado a evitar tensiones, y por otro lado quienes conforman la organización, los y las militantes. Esto no es nada desdeñable porque el principal apoyo en el que se sostiene una organización con 129 años de historia y con las opciones de gobierno que tenemos, es en su capital humano, en los cientos de miles de activistas que trasladan la acción de la organización socialista a las calles de nuestros municipios y a nuestra ciudadanía.
La militancia ha hablado y tiene los objetivos muy claros. La izquierda es la dirección por la que se opta y los avances sociales son el instrumento en el que se quiere apoyar. Para cumplir este objetivo se insta a la ponencia marco a dar un giro en distintos asuntos. La regulación de la eutanasia, asumida por la población como algo cada vez más necesario; la modificación de la ley del aborto, que precisa de una nueva ordenación en función de los plazos; permitir el voto de inmigrantes en los comicios locales, como medida que profundice en la democratización de nuestra sociedad; o la inclusión de nuevas formas de participación política que permitan avanzar en la implicación de la ciudadanía en los asuntos públicos, son elementos de debate en este congreso.
Pero el debate de los asuntos anteriores no lo centra todo, también encontramos comentarios por los pasillos en relación a cuales tienen que ser los objetivos de este congreso. La fuerza del cambio, lema del congreso, nos permite resumirlo en gran parte. Por un lado hay una fuerte demanda de renovación, ya que son muchas las personas que expresan su confianza en este congreso para acentuar un cambio en los espacios de dirección que evite el establecimiento en los puestos de personas que no aporten nuevas perspectivas a nuestra acción política. Pero también son multitud los comentarios dirigidos a remarcar la fuerza de nuestra organización, somos un partido de Gobierno, y debemos aprovechar esa oportunidad para dar respuesta a las demandas de la ciudadanía, y sin olvidar en ningún momento nuestra ideología, la cual nos lleva a pensar en toda la ciudadanía, sin exclusiones pero con especial atención a quienes más lo necesita. Si somos el partido con el que más se identifica la población española, es nuestro deber prestar especial atención a los asuntos que realmente interesan a la gente, por ello en este congreso no cobran tanta importancia los debates internos como aquellos que encontramos en la calle.
En primer lugar me gustaría referirme a la militancia de Juventudes Socialistas, esa organización hermana del PSOE, que se ha volcado para que este congreso salga magníficamente bien. Son más de cien jóvenes los que están colaborando con la organización realizando tareas de acreditación, acompañando a los invitados venidos de otros países, controlando los accesos, prestando apoyo a las mesas del congreso y de las comisiones, trasladando la información de lo que sucede a través de la red, o apoyando a los servicios administrativos de la organización. Son jóvenes a quienes esta labor les satisface de manera especial porque no solo les permite implicarse en el máximo órgano del Partido Socialista, sino que además les hace sentirse más participes si cabe del proyecto socialista.
Personalmente, tras años de militancia en la organización política me satisface especialmente poder contemplar los rostros de alegría en unos casos o de expectación en otros, cuando estás personas tienen la oportunidad de romper esa frontera que supone la pantalla de televisión y estar cerca de quienes consideran sus líderes políticos, y fotografiarse con quienes llevan a las instituciones los grandes proyectos del socialismo español. Pero no son inocentes miembros de Juventudes Socialistas que idolatren a los máximos responsables –como ocurre en otros partidos políticos- del socialismo, sino que mantienen la actitud crítica ante aquello que consideran injusto, irresponsable o insano para nuestra organización, por ello es frecuente encontrar precisamente a estos jóvenes preguntar por los pasillos a las personalidades. En unos casos cuestiones sobre el sentido de las enmiendas, en otros respecto a medidas llevadas a cabo desde aquellas instituciones en las que gobernamos, o también para trasladar propuestas e inquietudes que seguro tendrán eco en la acción de nuestra clase política. A la vez que estos jóvenes hablan vemos en las facciones de quienes los escuchan la sorpresa por el nivel de formación, o el asentimiento por la coherencia y responsabilidad que están demostrando muchas de las personas que los interpelan.
Y por supuesto en ese lado humano también tenemos a la militancia de base del PSOE. Las delegaciones conforman un conglomerado de 995 personas, venidas desde todas las provincias españolas, que representan a sus compañeros y compañeras de miles de agrupaciones. Y no es una representación vacía de contenido, sino que está instada a defender la posición que nuestros afiliados y afiliadas han volcado en más de 5.600 enmiendas. El sentido de estás ha supuesto un contraste entre quienes tienen responsabilidades institucionales, y por tanto ofrecen un discurso más moderado llevado a evitar tensiones, y por otro lado quienes conforman la organización, los y las militantes. Esto no es nada desdeñable porque el principal apoyo en el que se sostiene una organización con 129 años de historia y con las opciones de gobierno que tenemos, es en su capital humano, en los cientos de miles de activistas que trasladan la acción de la organización socialista a las calles de nuestros municipios y a nuestra ciudadanía.
La militancia ha hablado y tiene los objetivos muy claros. La izquierda es la dirección por la que se opta y los avances sociales son el instrumento en el que se quiere apoyar. Para cumplir este objetivo se insta a la ponencia marco a dar un giro en distintos asuntos. La regulación de la eutanasia, asumida por la población como algo cada vez más necesario; la modificación de la ley del aborto, que precisa de una nueva ordenación en función de los plazos; permitir el voto de inmigrantes en los comicios locales, como medida que profundice en la democratización de nuestra sociedad; o la inclusión de nuevas formas de participación política que permitan avanzar en la implicación de la ciudadanía en los asuntos públicos, son elementos de debate en este congreso.
Pero el debate de los asuntos anteriores no lo centra todo, también encontramos comentarios por los pasillos en relación a cuales tienen que ser los objetivos de este congreso. La fuerza del cambio, lema del congreso, nos permite resumirlo en gran parte. Por un lado hay una fuerte demanda de renovación, ya que son muchas las personas que expresan su confianza en este congreso para acentuar un cambio en los espacios de dirección que evite el establecimiento en los puestos de personas que no aporten nuevas perspectivas a nuestra acción política. Pero también son multitud los comentarios dirigidos a remarcar la fuerza de nuestra organización, somos un partido de Gobierno, y debemos aprovechar esa oportunidad para dar respuesta a las demandas de la ciudadanía, y sin olvidar en ningún momento nuestra ideología, la cual nos lleva a pensar en toda la ciudadanía, sin exclusiones pero con especial atención a quienes más lo necesita. Si somos el partido con el que más se identifica la población española, es nuestro deber prestar especial atención a los asuntos que realmente interesan a la gente, por ello en este congreso no cobran tanta importancia los debates internos como aquellos que encontramos en la calle.
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