Elecciones al Rectorado de la UGR

El pasado 4 de diciembre se celebraron elecciones al Rectorado de la Universidad de Granada. Los candidatos eran cuatro, Luís Rico, Antonio Campos, Francisco González Lodeiro y Rafael Paya. Las urnas decidieron que ninguno de los cuatro obtuviera mayoría absoluta, por lo que forzaron una segunda vuelta entre los dos candidatos más votados en la anterior, Lodeiro y Paya.

Para muchos compañeros y compañeras está siendo una gran experiencia. Hay quien ve el proceso con la mirada de estudiante distraído, y quién ha decidido formar parte de una plataforma de apoyo a alguna de las distintas candidaturas. Algunas personas hemos decidido pese a nuestra pasión por la política universitaria no implicarnos. En mi caso la decisión no es casual, sino que encuentra su origen en el puesto que ocupo como máximo responsable de Juventudes Socialistas en la ciudad de Granada. Podría haber influido en la postura que tomara una parte importante de los y las militantes de la organización, pero considero más oportuno no volcar la balanza desde el exterior.

Por ello el papel que Juventudes Socialistas ha desarrollado en este proceso ha sido el de intercambiar impresiones con distintas candidaturas, permitiéndonos de este modo trasladarles las propuestas que nuestra organización tiene, así como resolver los distintos interrogantes que se nos planteaban. Y yo, a nivel personal, escribí una entrada que bajo el título De la Universidad en cifras y algo sobre agendas, pretendía provocar la reflexión sobre la importancia que tuvieron las elecciones del pasado día 4, no solo para la institución académica, sino para las ciudades de Granada, Ceuta y Melilla.

El enfrentamiento se repite, esta vez entre los dos candidatos más votados, Lodeiro y Paya. He tenido la ocasión de reunirme con ambos, y de ellos me ha quedado una grata impresión. Se ven conocedores de las relaciones de la Universidad con la ciudad, de la importancia del Espacio Europeo de Educación Superior, de las necesidades de la comunidad universitaria. Y tienen respuestas, unas son grandes reivindicaciones de algún colectivo universitario, otras soluciones imaginativas que desde su candidatura se presentan, e incluso dibujan propuestas que les han hecho llegar para la mejora de sus programas electorales.

Yo como siempre que tengo oportunidad de expresarme a través de mi voto, lo haré. Y me gustarían que sirvieran estas líneas para animaros a quienes formáis parte de la Universidad de Granada a participar en la elección de quien marcará el rumbo de esta institución los próximos cuatro años. Tan importante fue el pasado 4 de diciembre, como es que hoy vote toda la comunidad universitaria.