¿Sueño o Realidad?

Hoy ha sido un día de manifestaciones, y cada cual ha salido a la calle por lo que le ha parecido. En multitud de ciudades de todo el mundo ha sido la protesta contra la represión militar birmana la que ha llevado a Amnistía Internacional a convocar las concentraciones. Miles de personas se han reunido en apoyo a los monjes budistas que piden la democratización y el fin del régimen militar.

En Bilbao y San Sebastián sendas manifestaciones convocadas por la izquierda abertzale protestaban por la detención de 23 miembros de la cúpula de Batasuna el pasado jueves a la vez que reclamaban la independencia de Euskal Herria. Y mientras en una veintena de municipios de Cataluña y Valencia la movilización tenía otro signo, la protesta contra la monarquía reunía a pequeños grupos que hoy han cambiado la quema de fotografías por el ondear de banderas tricolor. Aunque dudo sobre si conocerán el verdadero sentido del republicanismo quienes en las últimas semanas le hacen el juego a la derecha española.

Pero no solo las reivindicaciones entorno a la estructura del Estado han sacado a la ciudadanía a la calle, sino también demandas más cercanas a los problemas de la gente, especialmente de la juventud. Reivindicando el derecho de todo ciudadano a una vivienda digna han tenido lugar distintas concentraciones en varias ciudades españolas promovidas por la plataforma V de Vivienda. La protesta que llevaba tiempo promoviéndose a través de Internet, incluyendo un video, llevaba como lema No tendrás una casa en la puta vida.

Para miles de jóvenes el acceso a la vivienda se ha convertido en el problema más grave, pero como se señala desde las plataformas convocantes, este problema afecta también al resto de colectivos con rentas bajas, como mujeres, inmigrantes, mayores e incluso familias monoparentales, porque con un sólo sueldo no es posible acceder a una vivienda digna. Desde el Gobierno se ha puesto en marcha el Plan Estatal de Vivienda que pretende facilitar el acceso a la vivienda protegida y el fomento del alquiler, aunque desde ciertos sectores se consideran insuficientes estas medidas. Y es que tras dos legislaturas de gobiernos del Partido Popular la vuelta a una situación que garantice el acceso a la vivienda se ha convertido en una quimera difícil de alcanzar, pese a las medidas puestas en marcha por el Ministerio de Vivienda que ahora dirige Carme Chacón. La financiación de más de 500.000 viviendas, la construcción de más viviendas protegidas que en ningún momento de nuestra historia, las ayudas tanto a propietarios/as como a inquilinos/as que fomenten el alquiler, la modificación de las condiciones para facilitar el acceso a la vivienda de familias de clase media, o las deducciones fiscales.

Pese a todas estas medidas el cambio en la tendencia está siendo lento y esto lleva a la incertidumbre de miles de jóvenes. Por ello, muchas de estas personas jóvenes han pedido hoy, en las diversas concentraciones, que se adopten medidas más contundentes. Entre las propuestas está la creación de un parque público de vivienda social en alquiler, a un precio realmente asequible para nuestros bolsillos. También se pide dar un uso social a los más de tres millones de viviendas vacías o gravarlas como bienes de lujo, y con ese dinero construir casas. En definitiva, quienes se manifestaban han reivindicado que la vivienda sea un derecho, no un negocio, garantizado por el Estado como la sanidad o la educación. Finalmente, también desde el Partido Popular se ha tratado el tema a lo largo de las últimas semanas en forma de promesas electorales criticadas hoy por los y las manifestantes. El Partido Popular apuesta por solucionar el problema de acceso a la vivienda poniendo en marcha nuevamente medidas como las que llevaron a cabo mientras gobernaban y que nos condujeron a la grave situación actual.