El final del verano

Con este título comenzaba una canción, la que cada final de agosto se convierte en sintonía de cabecera de la vuelta a casa. Y es que, ciertamente, el verano ha llegado a su fin y la mayoría regresamos a nuestras ciudades, un éxodo por tierra, mar y aire que dejará desoladas nuestras costas. Pero este final de verano ha sido un poco más duro si cabe porque se ha llevado a personajes conocidos por la mayoría. Este próximo curso comenzará sin las columnas de Francisco Umbral, sin los goles de Antonio Puerta, sin las crónicas de José Luís de Vilallonga, y sin las actuaciones de Emma Penella.

Atrás quedarán días de sol y playa, de cervecitas en el chiringuito, de atardeceres desde la orilla del mar, y de noches locas. Un periodo que personalmente me ha permitido visitar varios municipios por los que hacía tiempo no pasaba, y que como habréis podido comprobar, me han dado temas para las pocas entradas que he escrito este verano. He disfrutado de fiestas tradicionales y de celebraciones de todo tipo -por cierto, reitero mi felicitación a Silvia y Migue, quienes recientemente se han unido en matrimonio-. Y también este periodo me ha permitido tener ratitos para compartir con mis amistades de siempre, para conocer a otras personas, y para ver a quienes llevaba tiempo sin visitar, como a Nisu, quien colabora en la distancia ilustrando este blog.

Me gustaría aprovechar para dar las gracias a mi querida María José y a Merchi por esa inolvidable escapada a Benalmádena; a la nuevos de Foro Joven –Mamen, Mari Luz, David, Ana, Benja… por esos días en Almería y por esa convivencia en La Herradura; a Agustín, Emilio, Álvaro… por estar en Granada cada vez que te ves obligado a regresar; a Estefanía por acordarse de mi aún estando tan lejos; a Carlos, Paloma, Pedro, Pili… porque siempre me tienen abiertas las puertas de Málaga; a Cristina por compartir los buenos y los malos momentos; a la gente de Baeza por esas visitas que hacen; y a quienes de alguna manera han dejado su huella en este verano.

Pero como decía, todo llega a su fin. Granada y el resto de ciudades vuelven a verse inundadas de vehículos y personas por sus calles. Todas las empresas vuelven a trabajar al cien por cien, y es imposible encontrar en algún comercio un cartel que dicte: Cerrado por vacaciones. Las bibliotecas se llenan de estudiantes que preparan sus exámenes de septiembre, las facultades de jóvenes dispuestos a matricularse un curso más.

Pero también volvemos a sufrir las cacicadas a las que nos han acostumbrado en el Ayuntamiento de Granada entre otros, y a soportar la deplorable oposición del Partido Popular ante el Gobierno de Zapatero, así como allí donde allá una mayoría socialista. Y todo ello en el comienzo de un nuevo curso político que llevará a la derecha española a moderar su discurso y reprimir sus impulsos políticos, todo ello en una búsqueda de ese centro del que presumen cada vez que se acercan elecciones. Mientras el PSOE, estoy seguro que expondrá los resultados de su gestión, a la vez que sigue trabajando en beneficio de la mayoría, de quienes están más desfavorecidos, de las mujeres, de la juventud…

Ante lo que nos queda por soportar es una lastima que llegue este final de verano, aunque no evitará que brinde por el comienzo del nuevo curso. De momento al verano solo me cabe decirle…